Hace casi mil años que estoy en internet, comencé allá lejos hace mucho tiempo cuando en argentina éramos un pequeño puñado y casi no se sabía que hacer con los blogs. En aquella lejana época, no tenía internet en mi casa y me resultaba muy difícil poder mantener la continuidad.
El tiempo pasó y comenzaron a aparecer nuevos medios de comunicación, nació Facebook, Twitter (con el que ahora estoy peleada), YouTube, y millones de canales más que hoy sería inconcebible pensar siquiera en su no existencia.
En todos ellos las personas se expresan, comunican, comparten cosas y demás y como saben yo utilizo muchos de estos métodos de interrelación virtual, pero al contrario de la mayoría y por el simple hecho de que estima andaba a pata, nunca permití (o por lo menos hice todo lo posible para impedirlo) que mi imagen apareciera en ningún lado.
Con excusas banales de intimidad, teoría de la conspiración, y demás estupideces intenté encubrir un complejamente simple problema de transporte. Pero como ahora se compró el auto, estima está a la orden del día, lo que me dio fuerzas para enfrentar a ese horrible monstruos que todos llaman espejo. Maravillosa fue mi sorpresa al descubrir que la cosa no estaba tan mal como yo siempre había creído. Ok, me faltan casi todos los dientes, y estoy gorda como un bebé ballena, he sabido estar peor. Además, como se puede apreciar, mientras mantenga la boca cerrada y sólo me saque selfies la zafo porque casi no se nota!!!