Ok, ya no lo puedo seguir ocultando, es hora de hacerme cargo, desde el año pasado vengo haciéndole el oso al tema y hoy ya me salto la coneja, y no me pude hacer más la sota. Está bien, lo admito tengo 29 y estoy en el medio de mi crisis de los 30.
A cada paso que doy me siento peor que a los 15, por lo menos en esa época tenía sentido andar por la vida cuestionándolo todo, si como a cualquiera el mundo malo me ignoraba,mi familia no me entendía, la sociedad me obligaba a hacer cosas con las que no estaba de acuerdo y consideraba y me decía que todo lo que yo quería estaba mal, por lo tanto me quitaba hasta la más mínima posibilidad de elegir.
Ahora tengo 29, formé con los años y el esfuerzo la familia que quería, tengo el marido ideal que cualquier mujer podría desear, un hijo magnifico que enorgullecería a cualquier madre, una casa que si bien no es de las que salen en las revistas son cuatro paredes y un techo que me cubren del frío e el invierno y del calor en el verano. Entonces díganme, si es que pueden, contra qué puedo revelarme? Qué excusa tengo para sentirme mal?
Yo no encuentro ninguna, pero estoy para el churrete, todo me cae mal, a ver, estoy super histérica, si me miran porque me miran y si no me miran porque no me miran, tengo gataflorismo agudo y no sé cómo resolverlo, y encima de todo una sensación de culpa grande como una casa por el pobre de mi marido que me tiene que aguantar, y viene, y me abraza, y me mima, y trata de contenerme, y la bestia que me sale de los intestinos lo maltrata como si fuera menos que un esclavo y yo por dentro me siento atada de pies y manos sin poder hacer nada para defenderlo de mí.
Y la cosa va de mal en peor, ya casi no como, no duermo, no me baño, y el pobre aguantándome como puede, sintiéndose impotente ante mi eterna frustración, ira, abulia, apatía y tristeza.
Y no es que no le pongo onda, le pongo toda la garra que tengo y por las dudas la de reserva también, y aún así no alcanza, y me reprimo, me me castigo y lo que me callo por un lado me brota por el otro, y si uno me saluda no le digo nada y si el siguiente no me mira le parto un fierrazo en la cabeza. y después me pongo a llorar culposa de lo que hago y de lo que no hago, y me miro y me da dolor, odio y bronca lo que veo, y me enojo otra vez y hasta el depredador se convierte en mi victima. Si en ese momento, Alien, Jason, Freddy Krueger y hasta el payasito de Saw me vieran saldrían corriendo despavoridos, aterrorizados por la posibilidad de tener que aguantarme.